miércoles, 18 de febrero de 2009

Bienvenida




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Queridos estudiantes:

Damos apertura a este blog, con el fin de socializar virtualmente todos nuestros aportes al estudio del pensamiento agustiniano para el mundo de hoy.

La primera tarea que deberán realizar será leer el material recibido en clase sobre la espiritualidad de san Agustín y elaborar un ensayo de una página sobre el tema. Deberán hacerlo de manera creativa, utilizando todos los recursos que provee el blogger: tipos de letra, colores, tamaños, imágenes o videos, alineación de texto, etc.

Los trabajos deberán estar publicados antes de las 12:00 horas del medio día del sábado 7 de marzo de 2009. Adicionalmente, deberán leer y colocar sus comentarios al ensayo de por lo menos uno de sus compañeros.

Atte: Fr. Javier González Velásquez, oar




A manera de ejemplo, publico mi primera contribución a continuación:



¿Qué es la filosofía para san Agustín?




La filosofía de san Agustín no es una sistematización académica de conceptos abstractos, sino el reflejo vivo de su experiencia personal en el camino de la búsqueda de la verdad, siempre de la mano de su proceso de conversión. Agustín pensaba que era necesario entender para creer, pero se encontró con una realidad diferente: era necesario creer para entender.




El camino de la verdad es el mismo camino de la fe; por lo tanto, más que una filosofía orgánicamente elaborada, pensaba en una religión, en una vida. Su pensamiento está construido sobre un sistema de ideas básicas que son aplicadas invariablemente a la solución de problemas. Para el santo de Hipona la verdad filosófica es el camino de la inteligencia hacia Dios.




Francisco Moriones afirma que san Agustín creía, al escribir De Beata Vita y Soliloquia, que le era posible al hombre obtener un conocimiento perfecto de Dios, y así obtener la felicidad en este mundo. De ahí su insistencia en identificar la sabiduría con la felicidad, pues el deseo de alcanzarla es lo que motiva al hombre a conocer, y no la simple admiración de las cosas del mundo.




Importan más los fines que los principios, el para qué que el por qué. Más tarde, al escribir De Trinitate y el Enchiridion, insistió en la parte preponderante y casi exclusiva que corresponde a la piedad, identificándola con la sabiduría, y ésta con el culto de Dios.




De la sabiduría filosófica creada, el verdadero filósofo asciende a la sabiduría increada, que es el Hijo de Dios. Así pues, si la sabiduría es Dios, por quien fueron hechas todas las cosas, como lo mostró la autoridad divina y la verdad, el verdadero filósofo es el “amante” de la sabiduría, el “amante” de Dios.



San Agustín, al desarrollar sus categorías filosóficas, empleó fuentes clásicas y cristianas, dando preferencia siempre a la escuela neoplatónica, en la que se basó para desarrollar su teoría iluminista.